China invierte en infraestructura
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El desarrollo de la infraestructura en Latinoamérica atravesará serias demoras debido a la falta de financiamiento, producto de otras urgencias financieras devenidas de la pandemia. Por otro lado, es interesante observar cómo estas necesidades regionales se cruzan con el interés chino de penetrar en la región, a fin de asegurarse la provisión de materias primas, y de generar un mayor territorio donde expandir sus tecnologías. El arma de penetración de China es sin duda la extensión de créditos para infraestructura.

El presente texto muestra que son varios los países latinoamericanos que pudieran acceder a un interesante estatus crediticio con China, desarrollar grandes proyectos de infraestructura y mover su economía.

Sin embargo, esta no es una tarea fácil y demandará de los interesados una fuerte decisión de relacionarse, y la paciencia necesaria para esperar los frutos.

Capítulo 1: el contexto regional

El crecimiento es difícil

Según el Banco Mundial, América Latina es la región más golpeada por la pandemia, ya que esta llegó después de varios años de mal desempeño, de un bajo crecimiento promedio y de una agitación social en ascenso.

En el año 2020, la región tuvo una caída del PBI del 6,7% (promedio regional excluyendo Venezuela), y se estima que la crisis tendrá un impacto prolongado debido a que el elevado nivel de endeudamiento acarreará tensiones con el sector financiero y frenará la recuperación.

Producto de la pandemia, el mundo será muy demandante del crédito internacional, y esto impactará negativamente a la hora de obtener mayores fondos para el desarrollo de la infraestructura en Latinoamérica.

POR OTRO LADO, DESDE LA SALIDA DEL JUEGO DE LAS GRANDES CONSTRUCTORAS BRASILEÑAS Y LOS CRÉDITOS DEL BNDES ATADOS A SUS PROYECTOS, SE HA PRODUCIDO EN LA REGIÓN UN VACÍO DE FINANCIAMIENTOS PARA LOS GRANDES PROYECTOS DE INFRAESTRUCTURA.

Asimismo, no se observa interés por parte de las grandes constructoras occidentales de empujar proyectos de magnitud asociados a financiamientos.

Consecuentemente, este vacío bien podría ser ocupado por las grandes constructoras estatales chinas, que se están mostrando muy activas, que poseen importantes antecedentes, tecnología y, a su vez, soporte político y de los bancos estatales chinos para el desarrollo de infraestructura.

En su afán de penetración, en los últimos 15 años China paso a ser el principal financista individual de proyectos de infraestructura alrededor del mundo, superando al Banco Mundial y al FMI. En los últimos 7 años, China estrechó su relación con países de nuestra región en cuanto desarrollo de proyectos. Sin embargo, esta relación aún está muy lejos de lo importante que pudiera llegar a ser con un manejo adecuado y planificado.

Capítulo II: la fórmula china

China se apalanca en el mundo desarrollado para crecer en el mundo en vías de desarrollo.

En 2019 China realizó el 85% de su intercambio comercial con países desarrollados y el 15% con países en vías de desarrollo. Los países desarrollados le permitieron a China generar un superávit comercial de aproximadamente U$ 430 mil millones, superávit que luego vuelca en parte en préstamos e inversiones en los países en desarrollo. Esto se viene repitiendo año tras año.

A través de dichos préstamos, China vende infraestructura y tecnología, gana influencia política y se asegura relaciones sustentables con los mercados proveedores de las materias primas que necesita.

China infraestructura importaciones

(Fuente: Banco Mundial)

Qué compra China en América Latina:

Como se observa en el cuadro siguiente, en América Latina la política comercial de China pasa por asegurarse el suministro de recursos y materias primas. En 2019, China efectuó compras en la región por unos U$ 164.000 millones, principalmente en materias primas. El cuadro muestra que participación tuvieron los países de la región en dicha venta, y cuáles fueron los principales productos que exportaron.

Compras China LATAM

(Fuente Banco Mundial)

Capítulo III: la escasa estrategia china

Hay voluntad pero adolecen de una estrategia regional

China es la segunda economía del mundo, genera el 28% de la producción industrial mundial, domina todos los campos de la tecnología y ambiciona llegar a ser la primera economía del mundo para el año 2050. Financiar a los países en desarrollo forma parte de este plan.

En la región, con independencia de las fuertes inversiones direccionadas por China a: i) Venezuela (enfocadas en obtener su petróleo), ii) Brasil (para posicionar a la gigante State Grid en el sector eléctrico), y iii) Chile (también apoyando inversiones de State Grid en el sector eléctrico), en el resto de los países del área los resultados obtenidos corresponden más bien al esfuerzo individual realizado por ciertas constructoras chinas que a algún direccionamiento o interés particular del gobierno chino.

En tal sentido, y a pesar de que dichas constructoras dependen de un mismo poder central, al avanzar en la región sin una estrategia coordinada y sin un plan preconcebido, los resultados están muy lejos de lo que hubieran podido ser.

PARA CORROBORAR LA FALTA DE ESTRATEGIA CHINA, OBSÉRVESE QUE PERÚ Y CHILE – LOS DOS GRANDES PROVEEDORES REGIONALES DE COBRE A CHINA, NO HAN RECIBIDO HASTA EL MOMENTO CRÉDITOS PARA EL DESARROLLO DE SUS INFRAESTRUCTURAS.

En cambio, Ecuador quien realiza una muy pequeña venta anual de materias primas a China, ha recibido el 13 % de los créditos otorgados a la región. Asimismo, Colombia ha quedado fuera de los créditos chinos, a pesar de venderles importantes cantidades de petróleo (un tercio de las compras chinas de petróleo en Latinoamérica provienen de Colombia).

China préstamos infraestructura

Hasta el momento, Latinoamérica ha recibido de China créditos por US$139.000 millones, los cuales han sido afectados a obras de infraestructura, transporte y energía, y que regionalmente están distribuidos de la siguiente manera:

(Fuente: Centro de Estudios de Dialogo Interamericano)

Capítulo IV: las constructoras chinas

Gigantes con limitaciones

En el año 2019, el ranking mundial de ventas en el sector construcciones fue claramente liderado China. En efecto, considerando el top 10 mundial de empresas constructoras con mayor venta, 7 posiciones fueron ocupadas por empresas estatales chinas y solo 3 por europeas. Cuantitativamente, de los U$ 821 mil millones vendidos por estas top10 en 2019, el 84% correspondió a China y el 16% a Europa. (Fuente: ENR)

Sin embargo, lo que es diametralmente opuesto es el nivel de penetración mundial de dichas empresas. Mientras que las 7 empresas top chinas efectuaron el 90% de sus ventas en su mercado interno, el 60% de las ventas de las 3 constructoras top europeas fueron realizadas en mercados externos a sus países. (Fuente: ENR)

Esto muestra a las claras las grandes dificultades de China a la hora de competir en la industria de la construcción de infraestructura fuera de su país, pero también – y más grave aún – la enorme dependencia que ellas tienen respecto de la economía y crecimiento de su país. Cualquier caída del PBI repercutiría directa y negativamente sobre dicho sector. Es imperante para las constructoras chinas ganar mercados fuera de su país.

HABIDA CUENTA QUE EUROPA Y EE.UU. LES SON MERCADOS PRÁCTICAMENTE VEDADOS, Y QUE EN ÁFRICA Y ASIA YA TIENEN UNA ALTA PRESENCIA, EN LOS ÚLTIMOS AÑOS HA SURGIDO AMÉRICA LATINA COMO UNA OPORTUNIDAD, Y DE ALLÍ SUS ESFUERZOS POR MOSTRARSE Y COMPETIR.

Cuentan para ello con dos armas por demás seductoras: i) antecedentes técnicos de magnitud, que les permiten acceder a competencias con alta barrera de entrada, y ii) el financiamiento necesario para los grandes proyectos, vía créditos chinos.

Sin embargo, la implementación de estas herramientas no está exenta de dificultades. En efecto, al ser empresas estatales centralizadas y con un gerenciamiento no focalizado en los resultados, es difícil encontrar en el común de los ejecutivos chinos una mentalidad empresaria y de crecimiento, y menos aún ganas de asumir riesgos. Incluso, la toma de decisiones de los temas importantes no es individual sino que es consensuada por la alta gerencia (la cual, en la mayoría de los casos, reside en China), y las soluciones tardan mucho en llegar y las negociaciones se ralentizan por demás.

Capítulo V: el crédito chino para infraestructura

Contratos de financiamiento “Clase Mundial”

Para los países beneficiarios, los créditos son una solución para concretar sus grandes proyectos sin pasar por los demandados organismos de crédito internacional, o los mercados de capitales.

AL CONTRARIO DE LO QUE SE SUPONE, CHINA NO IMPONE RECETAS POLÍTICAS EN SUS TRATOS COMERCIALES, PERO SI ES IMPORTANTE PARA EL GOBIERNO CHINO HABER PREVIAMENTE ESTABLECIDO UNA RELACIÓN BILATERAL Y FIRMADO ACUERDOS DE COOPERACIÓN MUTUA, DONDE YA SE INDIQUEN LOS PROYECTOS DE INTERÉS.

Son los bancos comerciales chinos quienes toman el riesgo comercial, garantizados por el poderoso SINOSURE que es la entidad del estado chino que toma el riesgo país de la operación.

Los bancos comerciales se mueven con tasas y plazos normales de mercado, pero es el SINOSURE quien cobra una tasa adicional dependiendo del riesgo país donde se ejecute el proyecto.

El gobierno chino favorece mayormente a aquellos proyectos que, habiendo sido incluidos previamente en los acuerdos de cooperación, entren dentro del paraguas de un acuerdo soberano (país – país). Esto necesariamente obliga al país receptor del crédito a contar con el aval del congreso y tener el proyecto en cuestión aprobado dentro del presupuesto nacional.

Para China, son tres los principales beneficios de los acuerdos soberanos: i) aseguran el repago (incluso sus acuerdos cuentan con cláusulas de cross default), ii) suponen del país receptor del crédito mantener una relación cordial con China y iii) estos acuerdos pasan por arriba de las legislaciones vigentes, con lo cual se evitan los procesos licitatorios.

El crédito chino es una opción a los organismos internacionales y a los mercados de capitales.

En condiciones normales, la negociación de un contrato de financiamiento lleva al menos un año, y presenta similares características a las de cualquier contrato internacional en la materia.

Por último, cabe señalar que en 2020, y por efecto de la pandemia, el PBI anual Chino solo creció un 2,3 %, cifra muy alejada del 6,7% anual que en promedio venía registrando en los últimos 5 años. Sin embargo, en el primer trimestre de 2021 China ya anotó un crecimiento récord del 18,3%. Ante semejante despegue, es lógico suponer que China no abandonará su política crediticia con las economías en desarrollo.  (Fuente Banco Mundial)

Capítulo VI: la estrategia con China

Estrategia, paciencia y diplomacia

Los países interesados deberían generar una estrategia, desarrollar un plan de obras de infraestructura prioritarias, nombrar los responsables de llevarlo a cabo y canalizarlo en China de la manera más centralizada posible.

Un plan de estas características no implica de ninguna manera la necesidad coincidir filosóficamente con la política China. Es simplemente mostrar el interés de llevar a cabo una relación cordial, de cooperación y de crecimiento mutuo.

NORMALMENTE, LA PUERTA DE ENTRADA A CHINA PARA EXPONER UN PLAN DE COOPERACIÓN ES EL MINISTERIO PARA LA REFORMA, Y ES CON ELLOS CON QUIENES CONVENDRÍA FIRMAR ACUERDOS PREVIOS CORRESPONDIENTES.

Es importante recalcar que, una vez obtenidos los contratos, los eventuales problemas de magnitud que se pudieran suscitar en los mismos son dirimidos directamente por el estado chino como un todo, es decir no existen las negociaciones y soluciones aisladas. Un mal manejo en un contrato puede llegar a afectar la relación entre los países.

En resumen, la relación con China, en cuanto a un plan de cooperación para el desarrollo de infraestructura de estas características, debe ser tomado como una política de Estado. No hacerlo así será perder el tiempo.