China ha redoblado sus esfuerzos para aumentar la resiliencia al cambio climático con un plan diseñado para dar una respuesta más contundente a los riesgos relacionados con el clima, establecer una mayor capacidad de vigilancia y proteger las zonas y sectores vulnerables.
La Estrategia Nacional de Adaptación al Cambio Climático, presentada por el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente junto a otros 16 departamentos del gobierno central chino, subraya la necesidad de modernizar los sistemas nacionales de prevención de catástrofes relacionadas con el clima y reducir la vulnerabilidad económica ante el creciente riesgo del cambio climático.
El documento político, que sustituyó a una versión anterior publicada en 2013, se comprometió a realizar esfuerzos paralelos en la mitigación del cambio climático y la adaptación después de que China prometiera en 2020 llevar los gases de efecto invernadero a su punto máximo antes de 2030 y convertirse en carbono neutral antes de 2060.
“El cambio climático ya ha tenido un grave impacto adverso en el medio ambiente de China y ha seguido extendiéndose y penetrando en su economía y sociedad”, decía el documento.
Destacaba la mayor frecuencia de las inundaciones, las sequías, la disminución de los glaciares y la congelación del suelo, así como los crecientes riesgos para la seguridad del agua, el aumento de los peligros de las catástrofes meteorológicas y las plagas, y los crecientes riesgos para la salud como consecuencia de las altas temperaturas y las olas de calor.
El cambio climático también ha empujado los cinturones de vegetación de China hacia el norte, ya que las temperaturas medias anuales aumentaron 0,26 C cada 10 años entre 1951 y 2020.
El cambio climático y las condiciones meteorológicas extremas, son los riesgos más importantes a medio y largo plazo y van a suponer un aumento de los riesgos para el crecimiento económico de China y la vida de las personas.
Las cifras muestran que los desastres meteorológicos y sus secuelas afectaron a unos 300 millones de personas entre 2000 y 2020, causando pérdidas económicas directas de 298.700 millones de yuanes (44.600 millones de dólares) al año.
La última estrategia nacional del gobierno chino subraya el papel fundamental de la vigilancia y la alerta temprana del cambio climático y la necesidad de reforzar la gestión de riesgos, y añade que también se destaca el desarrollo de una red de vigilancia del cambio climático a largo plazo, estable y coherente.
El documento establece el objetivo de desarrollar una sociedad resistente al clima para 2035 mediante la creación de un sistema nacional de seguimiento y evaluación de los riesgos relacionados con el cambio climático y la mejora de la capacidad de prevención y control de las catástrofes naturales.
También se destaca un principio rector para el plan nacional de adaptación, respetar la naturaleza y adoptar medidas de adaptación adecuadas y eficaces basadas en el desarrollo socioeconómico de China y sus capacidades medioambientales y de recursos.
La esfuerzos gubernamentales
La estrategia también reafirmó el compromiso de China de reforzar la cooperación Sur-Sur con las naciones en desarrollo de África, el Pacífico y otras regiones para ayudarlas a adaptarse al cambio climático, especialmente en lo que respecta a la producción agrícola, la gestión de los recursos hídricos, la vigilancia de los desastres y el desarrollo de infraestructuras.
Para construir su red de vigilancia del cambio climático, China intensificará la vigilancia de los efectos del calentamiento global en las regiones vulnerables, incluidas las regiones propensas a la sequía en el noroeste de China, así como de los recursos hídricos, la vegetación y la desertificación en las cuencas de los ríos Yangtze y Amarillo.
Habrá un aumento de las alertas tempranas contra condiciones meteorológicas extremas, y avisos más precisos de inundaciones, desastres geológicos e incendios forestales.
El plan también pretende regular mejor los entornos urbanos y rurales y permitir que sectores como el financiero, el energético y el turístico se adapten mejor al cambio climático.
Aún existen insuficiencias en los esfuerzos nacionales para adaptarse al cambio climático, como la falta de análisis y evaluación de sus efectos y riesgos, además de que es necesario aumentar la concienciación y tomar más medidas.
Para que los ecosistemas se adapten mejor al cambio climático, la estrategia se comprometió a poner en marcha una solución basada en la naturaleza, que incluya medidas para desarrollar un sistema de seguimiento de los principales ríos, glaciares, tierras heladas y nieve.
En un esfuerzo por reforzar el suministro de agua y prevenir las grandes sequías, el gobierno tratará de ampliar el acceso al agua corriente al 88% de la población rural para 2025.
Las medidas clave para mejorar la resistencia de los ecosistemas terrestres incluyen la ampliación de la cobertura de las reservas naturales hasta al menos el 18% de la superficie terrestre nacional y la cobertura forestal hasta el 26% para 2035, lo que supondría un aumento del 23% respecto a la de 2021.
La protección de los ecosistemas marinos y la restauración de las costas también se destacaron en la estrategia, que se comprometió a restaurar 50.000 humedales costeros y 1.200 kilómetros de costa para 2035.
La protección de las personas
Se prevé que las costas asiáticas experimenten una subida del nivel del mar superior a la media mundial, y que las megalópolis del litoral chino se enfrenten a un alto riesgo de mareas de tempestad causadas por ciclones tropicales de mayor intensidad.
El informe también advertía de los posibles perjuicios para los seres humanos y los animales como consecuencia del aumento de las temperaturas, que podría provocar estrés térmico y trastornos mentales.
Por medio de la estrategia nacional China se comprometió a identificar eficazmente los riesgos para la salud y los grupos de población vulnerables y a elaborar planes para protegerlos mejor.
Se mejorará la red de vigilancia y la capacidad de alerta temprana de las enfermedades sensibles al clima, las zoonosis (enfermedades que se transmiten de los animales a los humanos) y otras enfermedades infecciosas clave, así como las enfermedades cardiovasculares.
La infraestructura
Para que las infraestructuras chinas sean más resistentes al cambio climático, el documento subraya la necesidad de desarrollar una red de ingeniería hidráulica inteligente y de hacer que las infraestructuras energéticas sean más capaces de resistir las condiciones meteorológicas extremas.
También remarca la necesidad de ajustar el diseño de las instalaciones de protección urbana que hacen frente a la subida del nivel del mar y ayudar a reforzar su capacidad de prevención de inundaciones.
Es necesario que el gigante asiatico incluya la adaptación al cambio climático en la inversión, la planificación y el desarrollo de nuevas infraestructuras, para apuntalar su resistencia a los riesgos climáticos.
Mejorar la resistencia al clima de las infraestructuras e impulsar la inversión asociada puede ayudar a evitar futuras pérdidas y reportar beneficios a la economía, la sociedad y el ambiente.
China es uno de los países líderes en la lucha contra el cambio climático, cumpliendo no solo con los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU, sino también con su propio XIV Plan Quinquenal, por lo que los esfuerzos para lograr ser una sociedad carbono-neutral será una prioridad en los próximos años para el gigante asiático