China sigue siendo un mercado clave para las empresas europeas, ya que su capacidad de recuperación económica y su gran mercado interno son vitales para que sigan siendo competitivas a nivel mundial.

En una encuesta realizada recientemente por el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional, alrededor del 19 por ciento de las empresas europeas afirmaron haber ampliado su escala de producción y negocio en China, mientras que el 65 por ciento dijo haber mantenido su escala operativa actual.

La encuesta entrevistó a casi 160 empresas europeas sobre cuestiones relacionadas con sus perspectivas de negocio, el clima de inversión y las condiciones del mercado en el primer semestre de 2022.

Por lo que resulta que la gran mayoría de las multinacionales europeas confían en las perspectivas de crecimiento del mercado chino.

Existen diversos ejemplos que así lo demuestran, de esta forma, el fabricante europeo de aviones Airbus SE puso en marcha en junio un nuevo centro de investigación en Suzhou, provincia de Jiangsu, para centrarse en la investigación de sus futuristas aviones impulsados por hidrógeno. 

También el grupo químico alemán BASF SE dio luz verde a la construcción de su proyecto de producción química en el emplazamiento de Verbund en Zhanjiang, provincia de Guangdong, en julio.

Además de poner en marcha una nueva lista negativa de inversiones extranjeras para ampliar el acceso al mercado, el gobierno chino suprimió, revisó o promulgó 520 reglamentos para mejorar el entorno legal de la inversión extranjera. 

El gobierno de Xi Jinping también intensificó los esfuerzos para garantizar los derechos e intereses legítimos de las empresas extranjeras.

Las ventajas de China, como un sistema industrial completo, un mercado lucrativo, la estabilidad social y los fundamentos económicos positivos a largo plazo, así como el buen funcionamiento de los servicios de trenes de mercancías China-Europa, han creado una base sólida para el crecimiento de las empresas europeas.

En un contexto donde hay una creciente demanda del mercado, se intenta asegurar la estabilidad de la cadena de suministro, y hay un crecimiento económico innegable en China cualquier tipo de disociación China-Unión Europea no es una opción y cualquier medida de este tipo probablemente perjudicaría a ambas partes.

El comercio entre China y la Unión Europea creció un 8,9% anual hasta alcanzar los 3,23 billones de yuanes (466.790 millones de dólares) en los primeros siete meses de 2022, según las estadísticas de la Administración General de Aduanas.

Por lo que la cooperación económica y comercial entre ambas regiones es altamente complementaria y tiene un enorme potencial.

Con el telón de fondo de múltiples riesgos como los conflictos geopolíticos internacionales, la ralentización del crecimiento económico mundial, la continua propagación de la epidemia y la antiglobalización, las empresas de ambas partes apuntan a mantener conjuntamente la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro, y de esta forma mantener la apertura de los mercados regionales.

Las comunidades empresariales de China y la Unión Europea tienen amplias perspectivas de cooperación en economía y comercio, especialmente en las áreas de la economía digital y marina, la innovación verde y las cadenas industriales y de suministro.