El panorama económico de China se ha reconfigurado en la última década. Desde el aumento de los ingresos hasta las políticas de reducción de emisiones de carbono y una mayor apertura, el país ha logrado un progreso histórico.
El producto interior bruto (PBI) de China superó el umbral de los 100 mil millones de yuanes (unos 14,33 mil millones de dólares) en 2020, un nuevo hito para la segunda economía del mundo. La cifra seguirá aumentando hasta superar los 114 billones de yuanes , contribuyendo en más de un 30% al crecimiento económico mundial.
En 2012, el PBI de China se situaba en torno a los 53,86 billones de yuanes, lo que en ese entonces representaba alrededor del 11,5% del total mundial.
La expansión económica sostenida ha traído consigo mejoras alentadoras en el país asiático: la gente tiene más dinero en la mano, y el crecimiento se ha orientado hacia una senda que incluye el desarrollo ecológico y la apertura de alto nivel.
Mejorando la sociedad
El país también ha logrado avances en la calidad de vida de la gente en la última década, con cambios visibles en varios aspectos.
En 2021, China declaró la eliminación de la pobreza absoluta, habiendo sacado de la pobreza a casi 100 millones de pobres rurales en los ocho años anteriores.
Apoyados por el rápido crecimiento, los chinos se han vuelto más acomodados. Los datos oficiales muestran que la renta disponible per cápita en el país alcanzará los 35.128 yuanes en 2021, más del doble que en 2012.

El aumento de los ingresos ha reforzado el crecimiento del grupo de la clase media, y China cuenta ahora con más de 400 millones de personas con ingresos medios, frente a los más de 100 millones de 2010.
La salud de las personas se ha convertido en una prioridad política. A lo largo de la última década, el país más poblado del mundo ha seguido impulsando la reforma del sistema médico y sanitario, con el fin de ofrecer servicios médicos asequibles y de calidad a la población.
Hasta la fecha, China ha gestionado varios casos de compra centralizada de medicamentos y consumibles médicos de alto valor, ayudando a la gente a recortar un total de 300.000 millones de yuanes de sus facturas médicas.
Buscando la sustentabilidad
En 2020, China anunció que alcanzaría el máximo de emisiones de dióxido de carbono en 2030 y que lograría la neutralidad de carbono en 2060, una medida que ha obtenido un amplio reconocimiento en la comunidad internacional.
Las mejoras generales en el medio ambiente, reflejadas en los principales indicadores de calidad del aire y del agua, reflejan los esfuerzos constantes de China por descarbonizar la economía, atajar la contaminación y proteger el ecosistema natural.
El cambio hacia la baja emisión de carbono requiere una mayor proporción de energías renovables en la estructura energética. En los últimos 10 años, China ha eliminado el carbón utilizado para la calefacción en más de 27 millones de hogares rurales, al tiempo que ha intensificado el desarrollo de la capacidad de energía renovable instalada.
El gigante asiático ocupa el primer puesto mundial en capacidad instalada de energía eólica, fotovoltaica, hidráulica y de biomasa.

Con el fin de estimular los esfuerzos de reducción del carbono, China lanzó en julio de 2021 un mercado nacional de comercio de carbono, el mayor del mundo en términos de cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero cubiertas.
También se ha logrado una innovación institucional para proteger y atesorar el ecosistema. Después de introducir las “líneas rojas” ecológicas en 2017, China terminó de trazar las líneas de conservación ecológica en todo el país el año pasado, demarcando nada menos que el 25% de su superficie terrestre para su protección.
Gracias a su impulso ecológico, China ha reducido la intensidad de sus emisiones de carbono en un 34,4% en los últimos 10 años.
Abriéndose al mundo
A pesar de la incertidumbre y la volatilidad del mundo en la última década, China ha mantenido su compromiso de llevar a cabo una apertura de alto nivel, convirtiéndose en una tierra de oportunidades y participando más profundamente en la economía global.
El comercio de bienes y servicios de China ascendió a casi 7 mil millones dólares en 2021, lo que supone un aumento con respecto a los 4,4 mil millones de dólares de 2012 y el primer puesto mundial durante dos años consecutivos.
También ha expandido sus influencias alrededor del mundo, al mismo tiempo que consolida los lazos económicos con sus socios comerciales tradicionales, el país ha explorado activamente los mercados emergentes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, África y Latinoamérica
Como destino popular para la inversión extranjera, China ha mantenido su atractivo durante la última década con una apertura institucional más rápida en su país.
Incluso en el año 2021, afectado por la pandemia, la inversión extranjera directa en la China continental, se vio aumentada.
Además, China también se ha mostrado activa en la creación de plataformas para facilitar el comercio. A pesar de las interrupciones causadas por la pandemia, se han celebrado múltiples exposiciones, como la Exposición Internacional de Importación de China, la Feria Internacional de Comercio de Servicios de China y la Exposición Internacional de Productos de Consumo de China.
Sobre la base de estos logros obtenidos con tanto esfuerzo en la última década, el país se ha fijado objetivos para la nueva etapa de desarrollo, y está preparado para escribir nuevas historias de éxito económico.
China pretende seguir con estos esfuerzos para dar nuevos pasos en el desarrollo económico, lograr nuevos avances en la construcción de una civilización ecológica e impulsar el bienestar de las personas, mientras consolida su posición de potencia mundial