
El crecimiento económico de Australia seguirá ralentizándose a lo largo de 2023, especialmente por el impacto de la subida de los tipos de interés destinada a frenar la inflación, pero el país tiene una forma de evitar la recesión, según el análisis económico del Commonwealth Bank publicado con la presentación de los resultados semestrales del banco.
Según las previsiones del Banco, el crecimiento del producto interior bruto (PBI) será del 1,1% este año natural, significativamente inferior al 5,2% de 2021 y al 3,6% del año pasado, cuando el país empezó a salir de las repercusiones económicas y sociales de la pandemia del COVID-19.
El Banco de la Reserva de Australia, que ha elevado considerablemente los tipos de interés desde mayo de 2022 para combatir la inflación, espera que el crecimiento del PBI sea ligeramente superior a las previsiones de la CBA, situándose en el 2,25%.
Australia experimentó su primera recesión en tres décadas en 2020, cuando la economía se contrajo un 1,8% como consecuencia del primer año de la pandemia.
Desde entonces, el crecimiento económico ha repuntado gracias a los estímulos monetarios y fiscales y a la relajación de las restricciones, lo que ha propiciado una fuerte recuperación del gasto de los consumidores y de la inversión empresarial.
Pero el retorno de la inflación, causada por una combinación de factores globales e internos, como las presiones en la cadena de suministro, la subida de los precios de la energía y los alimentos y la rigidez del mercado laboral, ha llevado al Banco de la Reserva (RBA) a subir bruscamente los tipos de interés en los últimos nueve meses, desde el 0,1% hasta el 3,35% actual.
Aunque se cree que el último repunte de la inflación ha alcanzado un máximo del 7,8% en el trimestre de diciembre de 2022, no se espera que los efectos de las subidas de precios se disipen hasta finales de este año y no empiecen a volver al rango objetivo del RBA del 2% -3% hasta 2024, según las previsiones del CBA.
Para lograrlo, el RBA señaló la semana pasada que el tipo oficial de efectivo tendrá que subir más. La CBA espera ahora que el banco central aumente los tipos de interés hasta el 3,85% con subidas del 0,25% en marzo y abril, respectivamente, antes de hacer una pausa para ver cuál es el impacto total sobre el consumo de los hogares y las empresas.
Con la caída de la confianza de los consumidores, la continuación del debilitamiento de los precios de la vivienda y la aparición de los primeros signos de ralentización del gasto, los economistas del CBA prevén que el RBA tendrá que recortar los tipos de interés en el cuarto trimestre de este año natural para ayudar a evitar la perspectiva de una recesión, lo que comúnmente se conoce como un “aterrizaje duro” para la economía.
En el lado positivo, sin embargo, el crecimiento actual y futuro seguirá apoyándose en los bajos niveles de desempleo, el escaso subempleo y las elevadas tasas de participación, mientras que las exportaciones y la inversión no minera siguen resistiendo bien. Las presiones de un mercado laboral tenso también deberían aliviarse con un retorno más rápido de la emigración neta al extranjero.